Todo lo que podríamos haber sido implicaba a tres personas.
Éramos tres quienes debíamos formar parte de todo.
Tres gracias a los cuáles las cosas podían pasar del todo a la nada en apenas ocho segundos.
Sí, eramos tres: tu, yo y nosotros.
Y todo había empezado con dos. Tus dos manos.
Creo que esta historia me gustará, con tan solo leer esto lo sé :) La espero con ganas ;)
ResponderEliminarjoer que lio, pero mola molaa, te sigo.
ResponderEliminarmuchas gracias por pasaros chicas :)
ResponderEliminar